Retomamos la visualización de conflictos ecosociales con cuatro intervenciones en El Salvador y Nicaragua, que desarrollaremos durante los meses de Julio, Agosto y Septiembre. Toda la información en la web del proyecto.
La Multitud Traspasando lo Invisible tiene como objetivo establecer un marco de reflexión crítico, desde un enfoque cultural, acerca de las lecturas actuales de sostenibilidad y modelos de desarrollo, visibilizando las contradicciones y conflictos derivados del planteamiento actual.
Con este proyecto, queremos impulsar el establecimiento de un proceso educativo constante, formulado a través de conocimientos, actitudes y valores, para promover una cultura de la solidaridad comprometida con la promoción del desarrollo humano sostenible.
En línea con la interrelación Cultura y Ambiente que venimos trabajando desde Culturambiente, se tratará de esbozar los principios teóricos básicos para la comprensión de esta conexión, así como proporcionar herramientas de análisis que nos permitan evaluar convenientemente una iniciativa cultural para la sostenibilidad. A su vez, comprender la naturaleza de los conflictos ecosociales a la luz del impacto que en las estructuras sociales provocan determinadas decisiones sobre el Medio Ambiente.
Interesadas en los nuevos medios de producción del arte, trataremos de visualizar esta interacción a partir del diseño de un videojuego interactivo open source, que debería permitirnos describir la realidad de los conflictos desde la particularidad de las narrativas y visiones de los afectados. La potencialidad de las prácticas artísticas contemporáneas, entendidas como espacios de encuentro multidisciplinar para la construcción colaborativa de la realidad cultural, son nuestra apuesta para la intervención en la realidad social.
Cómo perdurar en un planeta habitable
Las condiciones de vida en el planeta se están alterando y no sólo se extinguen especies animales y vegetales, sino también prioridades humanas. Por muchas ilusiones que se puedan hacer al respecto, las sociedades humanas no pueden escapar nunca del todo a las determinaciones naturales. La naturaleza es ya desde hace milenios una naturaleza humanizada: no se puede analizar de forma separada sociedad y naturaleza.
Los problemas ecológicos nunca son “sólo” problemas ambientales, sino que son siempre, indefectiblemente, problemas ecológico-sociales. Es la relación entre la organización de las sociedades humanas -estructurada de cierta manera en cierto momento de su historia- y la biósfera la que causa problemas y no ninguno de los elementos de esta relación por sí solo. La crisis ecológica es una crisis social; lo que está fallando no es la naturaleza, es nuestra sociedad: su estructuración interna y sus formas de intercambio con la naturaleza.
Esto nos obliga a plantearnos cómo adaptar nuestras formas de vida y buscar definiciones de desarrollo que incluyan los imperativos de cuidar los recursos naturales, para vivir dentro de su capacidad regenerativa y apreciar el valor real de los bienes y servicios que proporcionan. El estrecho vínculo entre bienestar humano y el entorno, natural y social, convierte al origen del problema en la posible solución.
Todo cambio y desarrollo cultural implica un complejo entramado interactivo en el que se enlazan técnicas, artefactos materiales, grupos y organizaciones sociales, instituciones, bioentornos, junto con diversas interpretaciones, valoraciones, legitimaciones y cosmovisiones.
En oposición a un modelo universal, con la pretensión de ser válido para todos los países y culturas, el desarrollo sostenible debe ser entendido como un modelo de diversificación basado en la máxima pluralidad y compatibilidad intra e interculturales. Es necesario construir una base de entendimiento común, dejando abierto el máximo espacio posible a las diferencias entre las ideas y sus interacciones, para la difusión y la construcción de la(s) cultura(s) de la sostenibilidad. No podremos establecer, por lo tanto, una única idea de sostenibilidad o desarrollo sostenible, sino que éstos serán conceptos que cobrarán un significado diferente para distintas sociedades, en diferentes lugares.
El camino hacia la sostenibilidad no es solamente un proceso de cambio epistemológico y tecnológico: implica y constituye fundamentalmente un cambio moral y cultural.