Naturalmentes es un tipo de acción cultural que se puede definir como novedosa y al mismo tiempo “híbrida”. Se sitúa en un marco de sensibilización medioambiental, a partir de una intervención educativa, dirigida sobre todo a un público de niños y jóvenes. Se utilizan herramientas culturales que apelan a un sentir y a una sensibilidad universal para la narración y la poesía, la simbolización y la metáfora del cuento, así como instrumentos multimediales y la utilización de lenguajes y códigos de representación diferentes.
¿QUÉ ES EL MUNDO ESTÁ BIEN HECHO?
Es un tipo de acción cultural que se puede definir como novedosa y al mismo tiempo híbrida. Se sitúa en un marco de sensibilización medioambiental, a partir de una intervención educativa, dirigida sobre todo a un público de niños y jóvenes. Se utilizan herramientas culturales que apelan a un sentir y a una sensibilidad universal para la narración y la poesía, la simbolización y la metáfora del cuento, así como instrumentos multimediales y la utilización de lenguajes y códigos de representación diferentes.
¿POR QUÉ EL MUNDO ESTÁ BIEN HECHO y NATURALMENTES?
Como su nombre indica, el evento que presentamos pretende unir dos conceptos fundamentales para el desarrollo de la creatividad y para el enriquecimiento intelectual y emocional: naturaleza y cultura, cuerpo y alma, emoción y racionalidad, poesía y compromiso social. Se trata de conceptos que tradicionalmente se han enfrentado y que muchas veces se han opuesto el uno al otro, conceptos que para nosotros representan las dos caras de la misma moneda, dos facetas indisociables de la relación que une al individuo con su entorno, natural, social y cultural.
¿DE QUÉ TRATA EL MUNDO ESTÁ BIEN HECHO?
A través de la dramatización, el empleo de recursos audiovisuales y la interacción con el público, Nacho Fernández y Gonzalo Escarpa, plantean un génesis inverso en el que siete días son suficientes para despojarlos de todo lo que les acompaña en su querida civilización. Siete días para acontecer a un mundo que se apaga, a una naturaleza que se eclipsa. El espectáculo alerta sobre el punto de inflexión alcanzado por el hombre con respecto al medio ambiente, un punto de no retorno donde todo está condenado a extinguirse. Invitar a la reflexión desde el análisis de diferentes problemáticas, acusar recibo de los daños causados, explorar la herida abierta en nuestro ecosistema e intentar suturarla con diez puntos de inteligencia y humor. Los ardides para concienciar serán múltiples y variados, tan desgarradores y explícitos como el mismo problema al que nos enfrentamos.
El mundo es solamente un escenario. De nosotros depende que la obra tenga sentido, avance, o se detenga para siempre.
Escrita y representada por Gonzalo Escarpa y Fabio de la Flor (ambos de España).
Idea, supervisión y organización, Marina Mantini (Italia).